Ese inmenso cielo azul que cubre las montañas que te vieron nacer y crecer, MADRE QUERIDA Y ADORADA, te acoge ya como la estrella más brillante que iluminará mis noches.
El consuelo es que hayas vivido 94 años con la mente lúcida, y que te hayas ido dormida en tu cama, rodeada de tus seres más queridos, y de tantas personas que nos recordaban tu generosidad y tu gran corazón. Gracias a todos quienes de un modo u otro nos habéis reconfortado.
Nuestra inmensa gratitud a todas las personas de los servicios sociales y sanitarios que día a día nos han ayudado, y también a esos amigos que con sus hermosas voces han hecho que la despedida religiosa fuese tan emotiva.
Ya descansas en paz al lado de tus padres queridos y de tus 8 hermanos.
GRACIAS MAMÁ. Olvidaste enseñarnos algo: a vivir sin ti. https://www.youtube.com/watch?v=EZqMzw7Sv8E |
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