MI PARAÍSO...

MI PARAÍSO...
Es ese lugar para soñar...al atardecer, viendo las puesta de sol en las largas y cálidas tardes de verano, a la sombra de la parra, degustando lo que cada uno quiera. Relajados sobre una mullida manta extendida sobre la yerba. En las cómodas tumbonas y hamaca, a la luz de las velas, con buena música, o escuchando el silencio, o los sonidos de la naturaleza. DISFRUTANDO.

domingo, 7 de diciembre de 2025

Adios, Papá.

   Acabas de hacer tu último viaje, y a Somiedo, a donde no querías regresar cuando te fuiste a la Residencia. Al llegar a ella, me dijiste, si me lleváis de aquí, que no sea a Somiedo, allí hace mucho frio..

  Consciente de lo que suponía tener a una persona dependiente en casa, y sabiendo el proceso de pérdida de memoria que ya habías iniciado y de que pronto no podrías estar solo, nos pediste que te buscásemos una Residencia, pues no querías que viviésemos lo que a tí te había tocado. El día que te llevamos a verla, ya querías quedarte allí, era como un gran hotel donde tendrías todo, decías. Un año después me confesaste que te costara adaptarte, pues sólo conocías a un residente de Tineo, muy cercano a Tuña, donde habías nacido y crecido; el pueblo más bonito, sin duda alguna. El que recordabas en nuestras últimas conversaciones, como a tus padres. Tu mente, ajena desde hace tiempo a la realidad, ya estaba con ellos. 

  Qué  necesaria es una Residencia de ancianos en Somiedo, para que nadie se vea obligado a irse lejos de su familia y de sus raices, para que puedan terminar sus días en su entorno y entre su gente, como se merecen... Para que no tengan que estar desperdigados en diferentes ciudades de Asturias, y solos.

La soledad buscada no es soledad, porque te hace ver que estás con la mejor compañía, contigo mismo, pero, la soledad que se puede sentir, incluso estando acompañado, esa sí puede ser cruel.

   Te fuiste en silencio, en paz, sin quejarte.. Intento recordar si alguna vez te oí quejarte de algo y no lo consigo, tal vez nunca lo hayas hecho, aunque hayas sufrido lo tuyo.



 Como en 1.957, cuando os casásteis, salvo este impás de nueve años, pues Mamá partió antes, ya volvéis a estar juntos.  Ahora con los abuelos y con vuestros hermanos, pues todos os habéis ido ya.

   Gracias siempre, sobre todo por tu dedicación, paciencia y cuidados a Mamá durante su enfermedad.




  Desde el cielo, los dos nos cuidaréis y guiaréis. Serás una estrella más brillando en mis noches.

  Fue una fortuna tenerte hasta tus 92 años, lo sé, es algo que cada día agradecía, pero siempre duele la marcha, siempre cuesta aceptarla; aunque la esperes, la pérdida de un ser querido te desgarra, se lleva una parte de tí.

  Sólo me consuelan dos cosas: haber estado contigo el día antes de que te sedaran, cuando  estabas bien, para sorpresa de los médicos que te atendían, cuando acariciándote te quedaste dormido, cuando yo no podía imaginar que esa sería nuestra despedida...

   Y saber, o eso creo, que te hayas ido tranquilo y sin sufrimiento; nos dicen que sí, pero desconozco si los pensamientos, sentimientos y emociones se paran antes, o sólo cuando lo hace el corazón.

Estar esperando a cada instante, minuto y hora, día y noche, que te digan que tu Padre acaba de fallecer, fue una desconocida y tremenda tortura que no le deseo a nadie.


   Gracias a mis dos hermanos por acompañarte y, también a tí, Vero, mi ahija querida, por estar siempre ahí para él. Fuiste la primera nieta, su favorita, él sabía que ese cariño era mutuo.

  Gracias también a los servicios sociales, a todos los sanitarios del Huca y del Monte Naranco, a la Residencia Nuestra Señora de Covadonga por cuidarte, al Padre José Manuel Pidal por su ayuda y al Padre Andrés por la despedida con esa preciosa y realista homilía, y por recordar repetidamente a mi querida Madre. 

  También a quienes de un modo u otro nos habéis acompañado y reconfortado estos días, y continuáis haciéndolo.

Gracias a todos, de corazón. 💗



Antonio Vivaldi Invierno

El ciclo de la vida se asemeja mucho a las estaciones del año.

Paradójicamente, Papá, te vas pocos días después de Tango, al que tenías miedo por su gran tamaño y color, me decías.., miedo al animal más noble, cariñoso y tierno que yo haya conocido jamás.

Hace muchos días ya que os lloro, y seguiré llorandoos a ambos muchos más 💔 💔

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