Típicamente somedano el Belén de este año, que se asoma al corredor.
Como cada año, vuelvo a ser un poco más niña, y de nuevo brota la ilusión por el ambiente navideño en casa.
Ilusión que he tratado de inculcar a mis hijas para que disfruten estos especiales, hogareños y dulces días, para que cuando ellas sean madres a su vez contagien a sus hijos, y como yo hago ahora, se vuelvan niñas por unos días y disfruten a su lado de tan buenos y mágicos momentos.
El mismo cariño y la misma ilusión que pongo en los detalles que llenan mi casa, están en mi deseo de que todos al menos tengamos unos días de paz y esperanza, y nos volvamos niños y disfrutemos.
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