MI PARAÍSO...

MI PARAÍSO...
Es ese lugar para soñar...al atardecer, viendo las puesta de sol en las largas y cálidas tardes de verano, a la sombra de la parra, degustando lo que cada uno quiera. Relajados sobre una mullida manta extendida sobre la yerba. En las cómodas tumbonas y hamaca, a la luz de las velas, con buena música, o escuchando el silencio, o los sonidos de la naturaleza. DISFRUTANDO.

lunes, 26 de octubre de 2015

EL CORNÓN, techo de Somiedo, a 2,194 metros.


Hay que marchar de Somiedo, para poder regresar..., y



Hay que subir al Cornón para saber lo que se siente..

Últimos 5 metros de ascenso a la cumbre, entre líquenes, bellos minerales y blanca y finísima arena de playa, que el viento trae y deposita entre las rocas.




   Recorrer durante casi 4 horas los 9 km que separan Santa María del Puerto de Somiedo,  del Cornón, no hubiese sido posible sin su grata, alegre  y divertida compañía: Iban riendo, hablando, y cantando todo el trayecto, y, cuando todos estuvimos arriba: a cantar de nuevo.. Son envidiables.



Équidos y bovinos observan nuestro peregrinar, mientras pacen plácidamente en la pradera del Puerto.

Vega Cimera

Abedules a nuestros pies, cobijando bajo su sombre multitud de setas, y, poniendo color frente a la inmensa  mole caliza de Penouta, 


   El largo descenso ya fue otra cosa. Apetecía un tobogán y deslizarse Trabanco abajo..,o echar a volar..


Espectacular vista ( a 2.195.67 metros) desde el Cornón: Valle del Trabanco abriéndose paso entre El Nuncio o Canseco y Penouta. A continuación El Rozo de La Peral y El Mocoso. En el centro, "Momián" flanqueada por El Molinón y Peña Gúa. Tras ellos las peñas de Urria.
Es una suerte haber recorrido previamente todos los valles en orden ascendente, para terminar viéndolos desde arriba. Más felicidad si cabe..




   Cuando me dijeron  3 días antes, que en su último día de estancia en Somiedo subirían al Cornón, me di cuenta de que esa era mi gran oportunidad; subir con un grupo grande (no todos irían al mismo ritmo) y cansados de caminar tras haber ascendido Las Ubiñas el primer día, Peña Orníz y Los Albos el tercero, y 2 días intermedios, con sendas caminatas por Somiedo, el último día “estarían agotados”..,  pensé, ingenua de mí..


Desde El Cornón: Santa María del Puerto en el centro, y centradas al fondo de la imagen: Peña Orníz, sobre el lago del Valle. Los Albos. Peña Chana, y Las Ubiñas.

   Tuve mucha suerte, pues todos eran aficionados a la fotografía y a caminar lento y disfrutando el paisaje, como a mí me gusta..Eran los companheiros perfectos para ascender por primera vez en mi vida, a nuestro techo. Todo ocurre en el momento justo.

Llegando a las fuentes del Trabanco, ya faltaba poco; lo más duro.

    Qué grata sensación estar a dos pasos del inmenso cielo azul y ver el Cantábrico al fondo formando una perfecta línea en el horizonte. Por el medio, valles y montañas, reconociendo el paisaje más cercano y alcanzando a ver varios parques eólicos, entre otros el mayor de Asturias en la Sierra de los Lagos.

   3 Alimoches o Zapiqueras volaban a nuestro alrededor mientras el tiempo se detenía en la cumbre.

Descenso a Las Cereizales y al valle del Pigüeña.


Sierra del Páramo, en la que se ven 3 lagunas. Tras ella, asoman Peña Mochada y Carbainéu, resguardando el recóndito Perlunes

Sendero por el que ascendimos desde El Puerto,entre arandaneras, enebros, brezales, lagunas y meandros. Al fondo, a la derecha de Penouta, asomaba todo el trayecto, llamándome: Valdecuélabre

Somiedo lleno de bellos y puros parajes, saturados de aguas limpias y cristalinas. Un gran remanso de paz.


    Tanto el camino de ida como el de regreso, pudimos observar dos grandes rebaños de rebecos; multitud de heces, entre ellas unas de lobo y varias de ciervos; huellas de estos últimos. Flores y árboles, identificados en latín y comprobando con curiosidad como algunos nombres son iguales en somedano  y en portugués: SALGUEIROS..

Azafrán silvestre. Crocus

Rodeadas de sus hermanas color malva, aparecieron estas 2 blancas






BELLEZA Y VIDA EN LAS ALTURAS






   Solazo todo el trayecto…, que contribuyó a hacer un día inolvidable.
   Para terminar, una cena espicha en el Albergue a la cual asistí encantada y agradecida por la invitación, comprobando  que son imbatibles, pues tras la cena, de nuevo empezaron a cantar y a bailar…
    Una vez más tuve la oportunidad de comprobar la educación, cortesía y afabilidad de nuestros vecinos los portugueses.

Constancia de la visita.

   OBRIGADA CON ELLOS SIEMPRE. SON LA ALEGRÍA PERSONIFICADA, Perfectos compañeros de futuras aventuras montañeras por Somiedo. En la próxima visita les mostraré MÁS SOMIEDO: Etnografía, costumbres, tradiciones, mitos, leyendas..Cultura Rural.
   Mis botas están listas para caminar. La cena o espicha de despedida. en mi casa. SU CASA.


miércoles, 21 de octubre de 2015

ASTURIAS Y CUBA..

..Unidas de nuevo, de la mano de María Teresa Álvarez, en LA INDIANA



Aquí, conociendo y fotografiando los bellos paisajes de Somiedo.



   Ser una más de tantos y tantos españoles que llevamos a Cuba en el corazón, sirve para apreciar aún más la gran sensibilidad femenina de Maria Teresa, la cual, unida a su imaginación, cultura, trabajo, y amor a la tierra, la hace capaz de unir a tantos personajes en una bella y real historia; de crear ese “ciego” amor que une a Marina y Silverio llevándoles de Candás a Cuba y, tras una azarosa vida (como la de tantos emigrantes)  traerles de nuevo a Asturias a vivir su gran pasión, tras 465 páginas.

    Pasear de nuevo a través de su libro, por la siempre bulliciosa Habana, El Malecón o El Vedado... Visitar la Quinta Covadonga o el imponente lugar en el que reposan tantos emigrantes... Volver a Pinar del Río y a los Mogotes...Saborear el rico Guarapo.

Viajar con la imaginación.. Gracias por ese gran regalo María Teresa.


   Dice disfrutar haciendo el trabajo de documentación  (a lo que ya está tan habituada por su gran trabajo en TVE, y por los magníficos libros anteriormente publicados), con la creación de personajes, o la escritura del libro.., pues confesó que le gustaba todo el proceso, y, "hacerlo así de bien", es todo un privilegio solo superado por tenerla delante una mañana, como ocurrió el miércoles en la escuela de Caunedo, y que te lo cuente todo. Todo un lujo saborear esos momentos y dejarse contagiar por ese espíritu inquieto y ávido de seguir creando y creciendo. 

                             Eso es juventud y vida.


Muchas gracias por venir.

lunes, 12 de octubre de 2015

LA INDIANA








     El próximo miércoles, día 21, a las 12.30 del mediodía, y de la mano de su autora, la periodista y escritora candasina Maria Teresa Álvarez, tendrá lugar la presentación en Somiedo de su última novela, La Indiana.






    El acto tendrá lugar en el Museo de Caunedo, una de las últimas escuelas hechas en Asturias por un emigrante, y tal vez la mayor de ellas. 




   El lugar elegido para la presentación del libro, no puede ser más idóneo: La escuela que José Fernando Feito Taladrid, emigrante somedano a Cuba, hizo en su pueblo natal, Caunedo. Por unas horas se mezclarán la realidad y la ficción, de la mano de Marina y Silverio, paseando por la bella Habana en las páginas del libro, y, José Fernando Feito, viviendo en la Habana y regresando una vez más a su tierra soñada.., en nuestra imaginación, y en la mente de quienes le conocieron. 
  Serán sin duda momentos muy gratos para sus vecinos, y para los descendientes de José Fernando Feito, residentes  en Luisiana,  USA, que lo verán a través de este blog, los cuales, estoy segura también disfrutarán. A ellos va dedicado con todo el cariño.

   Mi gratitud a Maria Teresa Álvarez, por haber podido hacer un hueco en su agenda para venir a Somiedo.



La música, siempre compañera de viaje, hoy con imágenes que bien podrían haber sido grabadas en la actual Habana, decadente y desvencijada..., muy lejos de lo que José Fernando conoció;  la época en la que María Teresa sitúa su bella historia, en la no menos bella ciudad:

https://www.youtube.com/watch?v=j3nBuwOPu8A


Si coinciden la música, el ritmo, la alegría y la sensualidad.