MI PARAÍSO...

MI PARAÍSO...
Es ese lugar para soñar...al atardecer, viendo las puesta de sol en las largas y cálidas tardes de verano, a la sombra de la parra, degustando lo que cada uno quiera. Relajados sobre una mullida manta extendida sobre la yerba. En las cómodas tumbonas y hamaca, a la luz de las velas, con buena música, o escuchando el silencio, o los sonidos de la naturaleza. DISFRUTANDO.

miércoles, 16 de julio de 2008

Más sobre ovejas y pastores...calor, frío, soledad, oscuridad...




Los rebaños que vimos en Chagüezos y Cebolléu, son del mismo propietario, de Torrestío en León, el cual tiene otras mil y pico merinas en Torre de Babia.

Ya los Reyes Leoneses veraneaban en Babia…

¿ Pasarán éstos rebaños el invierno en Extremadura?, o se quedaran en la ribera castellana; el uso trashumante es el mismo, de junio a septiembre-octubre en el fresco norte y el resto del año en Castilla o Extremadura, lo que cambia es el método, antes venían pastores extremeños cada verano, con sus rebaños a pastar las frescas y amplias vegas somedanas.

Hace unas décadas, el Conde de los Campos de Orellana, enviaba por tren hasta León y desde allí en camiones, a sus rebaños, con perros y pastores. A los pastos altos del Coto llegaban 800 merinas, primero a la mortera menuda del Coto, entre el Lago del Valle, al cual bajaban a beber, y Peña Orníz y después ya a la Salgada. Las nacidas el otoño anterior, venían sin pelar, las más viejas, ya esquiladas… El resto de ovejas se repartían entre La Cueta y Torre de Babia. El pueblo del Coto tenía establecido el arrendamiento de esos pastos y el nº de cabezas que podían pastar en cada zona. El pueblo se comprometía a tener preparado el chozo en el que dormiría el pastor todo el verano: reparar la cubierta de piedras, cubrir con tapinos para impermeabilizarla de nuevo tras el intempestuoso invierno, asegurar la puerta y hacer el camastro con palos y sobre ellos, gorbizos; allí envuelto en mantas, se refugiaba el pastor ante la inmensidad del cielo estrellado y la proximidad de los lobos.
Era un día de trabajo en sextaferia, para varios vecinos del pueblo.

Hoy, esos chozos están en ruinas y sus puertas en abertal, carentes de goznes y sonidos…Solo se escucha el silbido del viento…

El pastor a su vez, invitaba a los vecinos del pueblo a comer una oveja a su llegada y les regalaba otra antes de irse, en el otoño.
Un año, en septiembre llegó la nieve antes de marcharse las ovejas y todo el rebaño descendió hasta las Veigas en las proximidades del pueblo, allí estuvieron varios días hasta que se fue la nieve y pudieron subir de nuevo por Sousas.

La primera oveja, la preparaba el propio pastor de dos suculentas maneras, según dicen los que la comieron. Mataban y pelaban la oveja y recogían la sangre; sin tiempo de oreo ni maduración en cámaras frigoríficas, se preparaba de inmediato; haciendo una hoguera en el monte, hoy impensable, y en grandes calderos, preparaba primero la CHANFLAINA, guiso elaborado con todas las vísceras, la sangre y miga de pan, bien cocido y espeso, cuentan que delicioso…El segundo plato era el resto de la oveja guisada en CALDERETA, un manjar, cuentan los vecinos, acompañado todo de botas llenas de vino y buen queso…

Un otoño, o tal vez más, fueron desde Momián después de cenar, cinco brañeiros a caballo y con un serón a buscar la oveja del pastor y a comprar otra; ya estaba el pastor con su rebaño en Chagüezos saliendo hacia Babia, a dos o tres horas a caballo desde nuestra braña, cuando al oscurecer llegaron los del Coto. Imagino al pastor, muy falto de compañía humana tras pasar tres largos meses viendo campo, perros y ovejas, pero con ganas de trabajar…les preparó una oveja en chanflaina y caldereta que degustaron todos. Cargaron las dos ovejas en el serón y de nuevo a caballo a Momián, cantando, bajo los efectos del vino, de noche, sin linternas,VEIAN LOS CABALLOS…llegaron a Momián al riscar el día.

Era una de las escapadas que se hacían desde la braña, había más…
Vivir entre esos picos, con los mejores amigos del hombre...
Dicen que a las pastoras de Villar, cuando bajaban de las brañas tras el verano, les olía el culo a tomillo; a las del Coto les olería a arandaneras y sideritis, ¿ y éstos pastores?,
¿ qué aroma les acompañaría en su regreso?

6 comentarios:

Anónimo dijo...

que fotos..que texto..que todo!!me encanta mami x)

tu haciendo al cena....como siempre...mañana la hago yo vale?:P

bessss


tu secungénita, que hacía mucho que no se pasaba...

Anónimo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
Anónimo dijo...

Si la entrada es bonita, el comentario final resulta genial!
Tanto tiempo, tantos aromas...
Creo que un Chanel nº5

javi dijo...

Los reyes castellanos nunca veranearon en Babia. Fueron los reyes Leoneses, sucesores de los Asturianos, quienes lo hacían. Ruego una rectificación en aras de un mayor rigor.

Anónimo dijo...

Gracias por la corrección; seguramente estaría yo en Babia como tantas veces, cuando lo escribí- Un saludo,
Rosalía

Anónimo dijo...

Un millón de gracias por recordarnos aquellos tiempos. Casi se me escapa una "chagrimina". En Arbellales (Valle de Saliencia) todavía se prepara la CHANFLAINA. El fin de semana que viene será la gran cita.